Uno de los problemas que teníamos en el cole con un alumno TEA era que no solía compartir los juguetes con sus compañeros y esta conducta se presentaba en casa también puesto que no quería compartir sus juguetes con su hermana. Para ello creamos un contrato en el que el alumno se comprometía a compartir los juguetes, empezamos realizándolo en el cole y si lo hacía le dábamos un bombón que es una de las cosas que más le gustan a nuestro alumno. Al ver que en el cole estaba dando resultado trasladamos esta conducta a casa ya que así retrasábamos un poco la recompensa y podíamos trabajar de forma paralela el tiempo en espera otra conducta que suele estar muy afectada en los alumnos que presentan TEA. Para ello el registro viaja a casa todos los días y es allí donde actualmente recibe la recompensa a su conducta. De este modo trabajamos con las familias en una misma dirección ya que muchas de las conductas que dificultan el día a día de las familias también se reflejan en el cole. Está recompensa en un principio fue inmediata en cuanto lo hacía en el cole la obtenía, luego enviando el registro a casa se retrasa un poco el tiempo de espera y cuando observemos que esta se realiza durante varios días consecutivos la recompensa se espaciará, dos días, tres días, una semana... anticipándoselo previamente al niño.
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